domingo, 11 de diciembre de 2016

¿Qué pasa hoy?

No quiero volver y que todo vuelva a ser como entonces. Quiero que algo haya cambiado. Que los vínculos sean más sanos. Que las personas no generen tanta demanda. Que cada ser pueda ser más libre e independiente. Que cada uno construya y viva su vida lo mejor que pueda y no dañe a los demás. Que no estemos atados a las fechas y a los compromisos. Que demos más y pidamos menos, y que cuando demos sea a cambio de nada. Que amemos incondicionalmente. Que no hablemos de terrores y de pánicos para no seguir sembrándolos. Que hagamos lo que nos gusta sin darle explicaciones a nadie. Que estemos menos “complicados” y seamos más precisos con lo que nos pasa. Que no pongamos tantas excusas y seamos más genuinos. Que veamos la vida desde el lado bueno y no nos inventemos problemas. Que podamos sortear obstáculos en lugar de acumularlos. Que nos encontremos casualmente y no programadamente. Que nos veamos para reirnos y no para arreglar el mundo. Que existan más momentos que la noche del sábado. Que tomemos más “una calle” y menos “algo”. Que cuando tengamos sueño nos acostemos a dormir. Que cuando tengamos ganas de irnos nos vayamos. Que nos interroguen menos por nuestras elecciones. Que nos pregunten si somos felices y no cuánto hemos pagado por tal o cuál cosa. Que nos amemos y respetemos más. ¡Gracias!


sábado, 10 de diciembre de 2016

Sur, chocolate y aire puro

​El sur y su despliegue de climas hacen que cada día sea particular. Tardes grises, mañanas de sol, noches frías para cenar en la cabaña… cubren los gustos de una gran variedad de gente que viene a visitarlo.

Sus paisajes, lagos azules, el aire puro y fresco. Sus sabores a chocolate artesanal, un mate, un café recién hecho acompañan el gusto de sus huéspedes.

La Patagonia ofrece todo eso y más secretos en uno de sus sitios más mágicos llamado Villa Pehuenia, al sur de la provincia de Neuquén. Un lugar en el mundo que invita a conocer, a vacacionar y, por qué no, a transitar la vida que tenemos por delante.

viernes, 14 de octubre de 2016

Sin tiempo

El tiempo, los seres que transitan por él, los mismos que alguna vez lo crearon, hoy víctimas de su galopante paso y su apremiante fluir. Seres apresurados, que llegan tarde, que nunca llegan, que cambian el horario. ¿Es importante todo eso? Podemos parar, hacer un alto, pero también de esa manera estaremos dando cuenta del tiempo que tenemos encima de nuestros hombros.

Propongo olvidarse ahora mismo de que todo transcurre en un momento y quedarse con el momento en sí, con el aire que pasa frente a nosotros, con la compañía que tengamos a nuestro lado, con lo que estemos consumiendo o no, con el sonido del agua o el calor del sol en nuestra piel. Ellos son eternos porque así es nuestro deseo.

Llegar tarde ya no existe. Porque nada distinto ocurrirá si eso pasa. Las vidas seguirán cursando su ciclo. Las lunas seguiran creciendo y menguando. Nada cambiará. No llevemos ese peso en nuestras espaldas porque no nos permitirá ser felices. Reflexionemos un momento y veremos que nada cambia a nuestro alrededor. Respiremos. Sin más.

lunes, 10 de octubre de 2016

Escribir, existir...

Quiero escribir sin pensar qué. Quiero que nadie lo note. Quiero que lo encuentre quien deba encontrarlo. Alguien que alguna vez nació deberá cruzarse algún día con este texto. Cualquiera que sea, sin haberlo buscado, sin llamarlo, sin anunciarle que existe. Como los seres, que cuando se encuentran sin saberlo forman amistades, sociedades, parejas, relaciones más o menos duraderas.

¿Cuánto dura la relación con un escrito? ¿Su tiempo de lectura? ¿Su relectura? Un corta duración si es por eso. O puede extenderse a todo el tiempo que el lector retenga esas palabras en su memoria. Su inconsciente puede guardarlas toda una vida. Es más, puede trascender a vidas futuras y ser información para el día de mañana, una dosis mínima o esencial de su próxima existencia en este u otro mundo.

Quiero no pensar. Y que todo esto ocurra. Quiero existir y reexistir. A través de mis escritos, de mis nubes, de las palabras que digo y que callo. De esos silencios tan cuestionados. De esas soledades tan observadas. De esas cosas que nadie se anima a hacer.

Quiero escribir, existir.

sábado, 23 de abril de 2016

Si no, no importa

Reiteradas veces en lo que va del año recibí propuestas y pedidos interesantes, ya sea de trabajo o personales, pero sobretodo de gran necesidad de parte de quien los formula. Y me he chocado con que ante el menor cambio de opinión o una simple condición puesta de mi parte, y habiendo ya puesto manos a la obra en el asunto, me devuelven muy al pasar un “dejá, si te complica mucho no lo hagamos”, o cualquier otra combinación de palabras de ese estilo. Esto si es que no optan por el silencio como respuesta.

Ahora yo me pregunto… ¿Tanto esfuerzo, tantas neuronas trabajando y tanta voluntad puesta para que, de un momento a otro, el pedido decline irrevocablemente porque la otra parte argumenta que a mí se me complica? Dejando interpretar de esa forma que aquello tan deseado no lo era tanto entonces… Creo que, en tal caso, hay que empezar a asumir una seguridad mayor a la hora de acercar una propuesta, y si no se reúnen las suficientes ganas de encarar algo, mejor no hacerlo.

domingo, 10 de abril de 2016

Latiendo

Cambian algunos espacios, los de rutina, los que están a diario ante nuestros ojos. Intentamos renovarnos, conservando algunas cosas y alterando otras. Cambian nuestras ideas sobre el mundo, nuestra ropa, y nuestras sensaciones. Pero no cambia lo que sentimos hacia esa persona especial. La unión de las almas no cambia. Existe y existirá siempre. Eso es lo esencial, lo que no caerá jamás ante el paso del tiempo. Soplarán los más duros vientos y seguirá allí, latiendo.


lunes, 11 de enero de 2016

El sitio de la creación

Veo un buho que me mira, un bebé con una taza y una manzana en las manos, un gancho con forma de rana, un duende sentado en un parlante, un teléfono ya apagado, auriculares sobre el piano, las carpetas de una obra en construcción, tarjetas personales, un control remoto, un metro, una goma de borrar, una planta, y otra, y otra más... Y así se compone este cuadro de noche, con luz de fondo en la pared, que me despide hasta mañana, hasta un nuevo día.


domingo, 10 de enero de 2016

De recuerdos

Mirar una película ambientada años atrás y recordar cómo era todo antes. Descubrir esas cosas que hemos dejado de hacer, esos hábitos que quedaron en el olvido y tener ganas de volverlos al presente…

Más tarde, rememorar esos proyectos que encajonamos por ser más grandes de lo que podemos realizar, o por creer que así es…

Ponerse a tocar un piano, a escribir un blog, a desplegar el abanico de sitios abiertos durante toda la vida, y ver cómo la mayoría han quedado congelados… otros apenas fueron inaugurados y no se volvieron a tocar.

El entusiasmo que implica empezar algo nuevo hace que la historia quiera repetirse. Pero ya tantos han pensado lo mismo que no quedan casi nombres a disposición, algo que me trae nuevamente hacia aquí, al viejo devenir del tiempo. Y aquí me quedo, por ahora.

viernes, 1 de enero de 2016

Dejarse vivir

He visto que, donde ayer no había nada, puede haber nacido algo mientras dormíamos. Una incipiente naturaleza que aflora y sale a la luz para vivir aunque más no sea un día, mientras pueda. Así permanece y cumple su ciclo vital, mientras las ranas croan, los trenes pasan, las burbujas se forman y explotan, y los humanos… Los humanos piensan y hacen, hacen que piensan, o piensan hacer…  hagamos algo, pero hagamos el bien. Dejemos vivir. Dejémonos vivir.