martes, 10 de febrero de 2009

Dos pasos del destino

Después de dos días transcurridos, todo parece revertirse. Aquí me encuentro escribiendo un nuevo capítulo de esta crónica. El carnaval ha dejado de sonar, la radio de escucharse. El calor ha cesado y una calma noche ha llegado luego de la copiosa lluvia que protagonizó esta tarde en la ciudad. Silencio, necesario y justo. Sólo se oye el fuego encendido. Un teléfono que suena, ¿quién será? No atiendo. Quiero terminar mi texto. Y en eso estoy. El destino ha dado dos pasos hacia adelante y la marea ha bajado una vez más. Ahora el mar está exento de peligro.

domingo, 8 de febrero de 2009

Sinsentido

Hoy es Domingo... a mi izquierda una ventana por la que se oyen los ruidos de ese maldito carnaval que no me deja dormir. Por la misma ventana. la única estrella que destaca en el cielo, que va desde un azul violáceo hasta el naranja tenue, agrisado por el humo propio de la gran ciudad. El viento hace mover las cortinas que hasta hace un momento cubrían el fuerte sol de media tarde. El verano está atravesando el país y la noche viene a a apagar el incendio. A mi derecha, una botella de agua mitad llena, mitad vacía... y una foto que se cae, también por el viento que movía las cortinas. De fondo, la radio en el living, que no sé ni lo que dice. Un teléfono que suena y dice "privado". Un reloj que marca las 21:20. La tv apagada. Unos almohadones color ladrillo, una computadora que recibe ordenes para procesar este texto, unas manos sobre el teclado, que se mueven a la orden de quien escribe. Y yo, Martín.